Si Oriol Castro, Eduard Xatruch o Mateu Casañas hubieran vivido en el siglo XVIII no hubieran superado la ordalía del agua y los hubieran quemado por brujos. Craso error, porque este trío de alquimistas son capaces de trasmutar unas vulgares, aunque versátiles, sardinas en oro para el paladar.
Si bien es cierto que la cocina, dentro y fuera de los fogones, está de moda lo que se sirve en el Compartir es algo más que tendencia, es la experiencia de poder sentir la comida.
Como en otras ocasiones, reservé la mesa con un par de semanas de antelación, para evitar riesgos incensarios.
Un viernes de mayo a las 21:30 h fue el día escogido para probar la nueva carta de temporada y como viene siendo costumbre, y por cortesía de la casa, nos recibieron con el coctel de bienvenida:
En la carta muchos platos nuevos, aunque se mantienen los buñuelos de bacalao con espuma de miel, entre otros, decidimos probar sabores nuevos.
Acompañamos la cena con un cava brut nature cuvee y omitimos el café, para no quitarnos el saborcito a Compartir.
La cuenta ascendió a unos más que correctos 107,30 € que pagamos bien a gusto.
Un restaurante recomendable no sólo por la comida que en él se sirve, sino por el buen servicio, atento pero sin agobiar, y el incomparable marco, Cadaqués.
Restaurant Compartir
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Campari con zumo de naranja sanguina y espuma de vermouth
con arroz inflado con gambas al ajillo.
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En la carta muchos platos nuevos, aunque se mantienen los buñuelos de bacalao con espuma de miel, entre otros, decidimos probar sabores nuevos.
Pedimos tres entrantes:
Los tres francamente espectaculares, aunque la ensalada de remolacha es indescriptible y altamente recomendable por la inesperada y exquisita combinación de texturas y sabores.
Como plato fuerte, a pesar de ser una cena, pedimos uno de los tres arroces de la carta:
Absolutamente inolvidable todo el sabor que sentí al meterme el tenedor en la boca. Ya lo habíamos pedido en otras ocasiones, pero esta vez nos pareció especialmente sabroso.
Y como no podía ser de otra forma, llegaron los postres:
Ambos deliciosos, aunque la "Omelette" nos resultó especialmente buena. Quizá por la novedad, puesto que los bombones ya los habíamos comido anteriormente.
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| Ensalada de remolacha, frutas y sorbete de ajoblanco. 11,75 € |
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| ½ de Sardinas marinadas con Jang, horchata, trufa, tomate y albahaca. 16,75 € |
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| Canelón de atún con sabores mediterráneos. 7 € |
Los tres francamente espectaculares, aunque la ensalada de remolacha es indescriptible y altamente recomendable por la inesperada y exquisita combinación de texturas y sabores.
Como plato fuerte, a pesar de ser una cena, pedimos uno de los tres arroces de la carta:
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| Arroz ibérico con trompetas de la muerte. 18,75 € x 2 |
Y como no podía ser de otra forma, llegaron los postres:
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"Omelette surprise" con coco, piña y mango. 7,75 €
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| Bombones líquidos con grosella negra. 7,75 € |
Ambos deliciosos, aunque la "Omelette" nos resultó especialmente buena. Quizá por la novedad, puesto que los bombones ya los habíamos comido anteriormente.
Acompañamos la cena con un cava brut nature cuvee y omitimos el café, para no quitarnos el saborcito a Compartir.
La cuenta ascendió a unos más que correctos 107,30 € que pagamos bien a gusto.
Un restaurante recomendable no sólo por la comida que en él se sirve, sino por el buen servicio, atento pero sin agobiar, y el incomparable marco, Cadaqués.
Restaurant Compartir
