Baudelaire resumió en una frase el complejo proceso de selección de la pareja “amamos a las personas en la medida que nos resultan extrañas”. ¿Pero realmente nos atrae lo extraño?
En los últimos meses, la mediocridad se ha dado un baño de multitudes adquiriendo hasta tres formas diferentes:
1. - Cincuenta sombras de Grey. Un «best seller» escrito por una mujer de mediana edad y con más de veinte millones de copias vendidas en todo el mundo. Sin duda, una fenómeno social digno de estudio, por las características de la obra. Una novela mal escrita en la que destaca la pobreza de la prosa, el manido argumento y la simplicidad de unos personajes planos, estereotipados y poco creíbles.
La vergüenza ajena, sólo equivalente a la que sentí cuando leí Beatriz y los cuerpos celestes, y mi obsesión por no perder el tiempo no me han permitido ir más allá de la página 374, pero ha sido suficiente para entender que el machismo femenino sigue estando latente en una sociedad que finge una igualdad que no existe.
Para aquellas que quieran leer novela erótica de calidad recomiendo El Amante, una bellísima obra en la que según la autora, Marguerite Duras, “La protagonista no busca el amor, busca el deseo, un deseo más fuerte que ella misma. Y busca su libertad”. Otra forma de entender el erotismo.
Caja Edición Especial Cincuenta Sombras de Grey |
2. - Sneakers con cuña. La integración del calzado deportivo en el Prêt-à-porter ha dado grandes satisfacciones a las que, en la época de las Spice Girls, se sentían identificadas con Melanie C.
Cómo olvidar la interpretación del estilo deportivo de Rocío Jurado, mezclando el chandal con calcetines blancos y zapatos de tacón. Pero aquello que, por aberrante, tantas críticas desató hoy forma parte del paisaje urbano, gracias a las Sneakers con cuña. Aunque si hay algo que agradecer a la mamarrachada de las bambas con tacón es que han acabado con las diferencias entre clases sociales uniendo a chonis, pijas, pseudopijas, horteras y modernas.
Sneakers con cuña |
3. - Paula Echevarría, las más buscada en Google durante 2012. En realidad a Paula no se le puede criticar nada. Es tan neutra que ni me gusta ni me disgusta. Lo que sorprende es que una mujer que no destaca en absolutamente nada desate tanta pasión.
Su estilo, caracterizado por la ausencia de éste, queda patente en las entradas de su concurrido blog de moda en el que, sin aportar nada, repite constantemente prendas de algunas marcas. Supongo que fruto de la casualidad y no porque su blog sea un mero soporte publicitario.
Paula Echevarría, casualmente con sneakers de cuña |
Abochornada por esta necesidad de vulgaridad de mis semejantes de género, no puedo más que sentir vergüenza, pues pareciera que se hayan propuesto contradecir a Baudelaire y acabar con el romanticismo para siempre, empleando la mortal arma de la mediocridad.