Un usuario medio está expuesto a unos 3.000 impactos publicitarios al día. Desde el pequeño logo del despertador hasta la marca de la infusión para ir a dormir, pasando por los cientos de mensajes que gritan sin cesar: ¡llama!, ¡compra! o ¡gasta!.
La saturación ha hecho que el usuario desconfíe de la publicidad y el mensaje pierda credibilidad. Es necesario crear estrategias menos agresivas que refuercen la relación entre las marcas y los usuarios. Es el momento de hacer Inbound Marketing.
El Inbound Marketing es un conjunto de acciones de marketing, que tienen como objetivo colocar al usuario en un contexto en el conozca las ventajas de producto sin ser expuesto directamente a él. Se trata de despertar el interés de los consumidores, trasformando la percepción de “me venden” por la de “compro porque yo decido”.
Para hacer Inbound Marketing es necesario trazar tres fases:
- Captación de tráfico: el pilar de la estrategia es el marketing de contenidos, para lo que es imprescindible la creación y mantenimiento de un blog, en perfecta combinación con el SEO y el Social Media.
- Conversión: Superada la primera etapa, el siguiente paso es traducir las visitas en beneficios. Para conseguirlo es necesario un CTA eficaz y la optimización de las landing pages. El email marketing también juega un importante papel en esta fase.
- Cualificación: Para finalizar y con toda la información recaudada en las anteriores fases, toca buscar la oportunidad de negocio trabajando el lead caliente. Es el momento de dar paso a la actividad comercial.
Cabe mencionar que las fases anteriormente descritas son un ejemplo básico del que partir, por lo tanto, son adaptables a la situación y presupuesto de cada empresa. No obstante el Inbound Marketing, más allá de la estrategias y los recursos empleados, es una metodología empresarial en la que las ventas no se persiguen, sino que se consiguen.