Arquitectura web, facilitando las cosas al usuario


“Los productos tecnológicos que no funcionan de la manera que las personas esperan las hace sentir estúpidos”, tal y como el admirado diseñador de experiencia de usuario, Jesse James Garrett, afirma.
Ante una afirmación tan contundente pocas o ninguna empresa se sentiría identificada, es decir, ningún Dircom respondería afirmativamente a la cuestión de si hace sentir como estúpidos a sus usuarios. Ahora bien ¿su web o tienda online pasaría la prueba de la “estupidez del usuario”?

Que un internauta llegue a una página web tras formular una pregunta a Google, es el resultado de un buen trabajo de posicionamiento, un trabajo que puede irse al traste si la arquitectura web no es la adecuada.

La información de la web debe estar organizada de tal manera que el usuario sienta que está abriendo un armario de su casa, es decir, se encuentra en un entorno familiar en el que sabe cómo y dónde encontrar lo que busca. De este modo la experiencia de usuario será recordada como algo positivo, teniendo un importante valor en la imagen de marca, la fidelización de los clientes y en las ventas.

A nivel técnico el empleo de blueprints, que marquen itinerarios intuitivos y temáticos, es una buena forma de facilitar la navegación de los usuarios.

Los botones, las imágenes o los textos deben estar organizados visualmente en función del uso físico y mental. Es decir, a nivel físico la distancia jerarquizada entre el contenido debe ser accesible y asumible para el usuario, bastando pequeños movimientos de ratón, el pulgar o la vista. En cuanto a lo que a la cuestión mental se refiere, se trata de que la información pueda percibirse de forma inmediata, para evitar la frustración y mantener el flujo de información e interacción por parte del usuario.

La experiencia de usuario es una combinación de elementos que va más allá de la estética de las imágenes o las tipografías escogidas, es una cuestión de respeto, es no tratar a los usuarios como estúpidos.