Cuando hablando de marketing se hace la diferenciación entre on u offline, se trata de un mero recurso coloquial con el objetivo de llegar a los usuarios. Pero lo cierto es que no sólo no existe tal diferencia, sino que uno es la evolución del otro y no son sustitutivos sino complementarios. Por lo tanto, a la hora de decidir si invertir en “marketing tradicional” o “marketing online” lo único que hay que hacer es una valoración del presupuesto, partiendo del target, es decir: ¿Dónde están los usuarios? Y es muy posible que la respuesta sea que éstos están en Internet.
No obstante y partiendo de la base de que el marketing online es una evolución del marketing en los canales online, éste debe ser realizado por profesionales del marketing con dominio de las herramientas online y no por usuarios con nivel medio de redes sociales y medio/alto en diseño web.
El marketing debe ir siempre acompañado de la palabra rentabilidad. Cualquier acción debe ser medida y valorada con el fin de obtener la máxima optimización de la inversión, sin perder jamás de vista al usuario.
Montar una tienda online, un blog de recetas o una empresa de cualquier índole es una decisión que lleva inherente la necesidad de hacer marketing. Los nuevos hábitos de los usuarios hace que las herramientas online sean, más rentables que las “tradicionales” pero eso no exime de la necesidad de emplear éstas últimas.
La identidad visual corporativa, la elección y diseño del packaging o el precio de los productos, son decisiones off line fundamentales en la creación de una empresa. Por esta razón, es de vital importancia que el marketing digital no se ponga en manos de los usuarios, sino de los profesionales.
