La página web suele ser el primer escalón que suben las PYME hacia su digitalización. Un dominio propio que les proporcione un correo electrónico corporativo y una página que ofrezca información y posibilidad de contacto, durante las veinticuatro horas del día, son dos de las necesidades más demandadas por las pequeñas y medianas empresas.
La evolución que supone para una PYME, tener un soporte digital no sólo la equipara a las grandes empresas sino que le da la oportunidad de afianzar sus acciones comerciales. La página web es un escaparate que aporta información, contacto y credibilidad, pero por sí sola no es suficiente para Google.
A estas alturas ya todo el mundo sabe que si una empresa no aparece en los resultados de búsqueda de Google, es prácticamente igual que si no existiera para los clientes, por lo tanto, lo que se debe perseguir desde la creación de la página web es el posicionamiento. Para ello la optimización SEO desde sus inicios es fundamental.
En marketing digital se entiende por posicionamiento el lugar que ocupa una página web dentro de los resultados de búsqueda en los motores destinados para tal fin, dicho de otro modo, aparecer en los primeros resultados que ofrece Google, cuando un usuario hace una búsqueda relacionada.
El volumen de páginas e información de Internet, hace que el trabajo de posicionamiento web sea una factor determinante en la rentabilidad de la PYME. Aparecer en Google no es una opción, es una necesidad, por lo que tener una página web sin hacer SEO es lo mismo que tirarla al cubo de la basura de Google.
Cuando los usuarios buscan información en Internet, esperan encontrar una respuesta en forma de enlace y no existe la posibilidad de dar una excusa o sugerir que siga buscando, la cuestión es aparecer o no aparecer en los buscadores, es decir hacer SEO o no hacerlo.