Responsive design, el respeto por el usuario


Tener una página web no es una opción, es algo inherente a cualquier actividad comercial, pero… ¿Es suficiente para llegar hasta los clientes?

Los últimos avances tecnológicos, en cuanto a comunicación digital, se han instaurado en la cotidianidad casi al mismo nivel que las necesidades básicas humanas. Para comprobarlo bastaría con preguntar a un adolescente si prefiere un día sin comer o un día sin su smartphone. La respuesta sorprendería a más de uno. Pero lo cierto es que no hace falta ser tan drásticos para entender que los usuarios ya no consultan un único dispositivo, sino que la afición a la tecnología doméstica ha invadido los hogares en los que conviven con normalidad smartphones, tablets, ordenadores portátiles y de sobremesa. Un hecho que no debe pasar desapercibido para las empresas.

Si bien es cierto que hasta no hace mucho bastaba con tener una página web, más o menos aceptable, en la actualidad los requisitos técnicos son otros, condicionados por los hábitos de consumo de los usuarios. Dicho de otro modo: la página web debe estar adaptada al entorno del usuario.

Cuando un usuario llega a una web, independientemente del canal del que proceda, debe encontrarse con un site que no le discrimine por no acceder desde un clásico ordenador de sobremesa, ya que de ser así lo único que se conseguirá es que el usuario no vuelva más. Es responsabilidad de las empresas centrarse en la buena experiencia del usuario y no imponerles una navegación incómoda.

Respetar y entender al usuario multipantalla es una necesidad que no puede obviarse a la hora de contratar una página web. Está demostrado que los usuarios premian con su fidelidad e implicación a las empresas que han adaptado su páginas a los dispositivos móviles, y… ¿No es este el objetivo de toda estrategia de comunicación?