La imagen de tu PYME no es cosa de primos


Iniciar una actividad profesional comporta siempre una inversión inicial de la que dependerá, en gran medida, el éxito o el fracaso de la misma.

Es por todos sabido que los/as autónomos/as son hombres y mujeres orquesta y que las PYME confían, en muchas ocasiones, su imagen a familiares, vecinos y amigos de sus conocidos.

Como consecuencia de esto, en el mejor de los casos, nos encontramos con autónomos que en vez de una página web tienen un blog que actualizan cada seis meses y con pequeñas y medianas empresas que tienen una web mal diseñada, con un dominio inadecuado, que no aparece en los buscadores y que por supuesto, no tiene un mail corporativo.

Por inverosímil que resulte, toda la consecución de errores mencionada, no es la consecuencia de una firme intención de hacerlo todo mal, sino que se trata de una equivocada forma de ahorro de costes.

Para no caer en el error de confundir el ahorro de costes con una mala inversión, conviene tener clara la diferencia entre gasto e inversión. El primero no genera beneficios y con el segundo, acompañado de una correcta toma de decisiones, debe generar unos beneficios a corto, medio o largo plazo, que previamente se hayan definido como objetivos.

Tener en cuenta la cadena de confianza empresarial (los proveedores de servicios y productos generan una confianza a la empresa que ésta debe generar, a su vez, a sus propios clientes) es vital para entender la necesidad de no delegar la imagen on u off line a inexpertos.

A estas alturas de la era digital un profesional con una furgoneta rotulada con un correo de Hotmail y con una página web hecha por “un primo” no tiene nada que hacer. Por esta razón y para evitar romper la cadena de confianza empresarial, es recomendable sentar los cimientos de una adecuada imagen digital, con una web corporativa hecha por profesionales.