Independientemente de los objetivos, tanto de la campaña SEM como de la landing page, la meta será siempre sacar el máximo rendimiento de una y de otra. Por lo tanto, antes de invertir en publicidad PPC, y si no se ha hecho antes, es conveniente realizar un A/B Testing que compruebe cual de las diferentes versiones devuelve más conversiones.
Cuando se contrata una campaña de anuncios de display, el diseño cobra una mayor importancia para provocar el clic del usuario, pero en muchas ocasiones el diseño del anuncio genera unas expectativas que la landing page no cumple, haciendo que el usuario abandone la página, por lo tanto esta visita por la que se ha pagado (PPC), pasa a formar parte de la tasa de rebote.
Para trabajar en la optimización de la landing page es necesario definir los objetivos de ésta, que pueden ir desde que el usuario se suscriba a la newsletter para incrementar la base de datos de la compañía, hasta que entre en la oferta del día o simplemente comparta un contenido. Esto dependerá de la estrategia de marketing digital que se haya diseñado previamente. Una vez definidos los objetivos, es el momento de trabajar el diseño, cumpliendo unos propósitos concretos de comunicación y efectividad, teniendo en cuenta los posibles elementos de la página (imágenes, texto, enlaces, video, scroll, desplegable, etc…), la rapidez de carga, la estructura, la accesibilidad… En definitiva, trazar el camino del usuario dentro de la landing page. Una vez conseguido esto es el momento de invertir en SEM, aunque nunca es tarde para continuar mejorando.
De la optimización de la landing page depende la rentabilidad del SEM.