Mi post para Constance Barcelona:
Arriba, muy arriba se sitúa este país no sólo en el globo terráqueo, sino también en todo lo que se refiere a moda y nuevas tendencias.
Foto de Sergio Martín Cantero.
Si Naddoddr, el vikingo que ostenta el título de descubridor de Islandia levantara la cabeza, posiblemente se apuntaría al nuevo estilo de vida de su fría isla, y es que no en muchos sitios se hace de una lavandería un punto de encuentro en el que disfrutar de un vino caliente y buena música, mientras se hace la colada.
Un paseo por la capital, Reikiavik, bien podría ser el escenario de un shooting de moda en el que chicos y chicas se pasean fingiendo no ser conscientes de estar posando para alguna revista de tendencias.
Gente joven, por todos lados. Debe ser cosa del frío pero en Islandia la gente parece no envejecer y esto hace que llame poderosamente la atención ver a parejas de unos aparentes “veintipocos” con una media de tres niños, también listos para salir en cualquier revista de moda infantil.
Bigotes, melenas pelirrojas al viento, camisetas semitransparentes que simulan tatuajes, medias de dibujos imposibles, pantalones de colores o camisas perfectamente planchadas son el atuendo de la gente, que se puede encontrar en la impronunciable cafetería de moda.
La comida es otro de sus atractivos aunque no creo que sea esta la razón que llevó a la productora HBO a grabar parte de su segunda temporada de Juego de Tronos, sino más bien los majestuosos paisajes que ofrecen sus glaciares.
Mucho hay que agradecerle a Björk, que sin ser un buen ejemplo de la belleza islandesa, ha llevado por todo el mundo el nombre de un país que tiene mucho que decir, mucho que aportar y mucho que sonar.