Lentamente ¡VIS-TE-ME!

No hay ni una sola cosa en este mundo que produzca satisfacción y no requiera de tiempo.

Dicen que las crisis sirven para crear cosas nuevas, cambiar hábitos y para potenciar la creatividad. Yo, personalmente pienso que esto se resume en tomar conciencia de que los recursos son limitados y hace falta una gestión inteligente de éstos para lograr un uso óptimo y equitativo para todos.

En la moda, como no podría ser de otra manera, también se está notando un cierto cambio de mentalidad que casi me atrevería a llamarlo “desmoda”.




Prácticamente todos y todas hemos consumido alguna vez ”fast fashion” seducidos por el “low cost”. Prendas clónicas de las grandes firmas en las que se prioriza el diseño por encima de la calidad, por lo que duran una temporada y, normalmente, pasan a formar parte de un armario sin fondo y sin respuesta al -¿Qué me pongo hoy?-. Así temporada tras temporada.

Fruto del cansancio de la necesidad, casi impuesta, de comprar y comprar para no tener realmente nada, surge una nueva tendencia de moda llamada “slow fashion” o moda lenta. Este concepto consiste en comprar prendas, huyendo de las exageraciones y colores llamativos, es decir, apostar por la calidad de un buen tejido y un buen patrón garantizando de este modo su duración en el tiempo.

Muchas son las firmas que se están sumando a la “desmoda” creando colecciones de colores neutros y formas sencillas para que su uso no se reduzca a una temporada. Cierto es que su política de precio no es la de las empresas que fabrican ”fast fashion” pero es que la calidad también es otra, por lo tanto la inversión es mayor.

De alguna manera el “slow fashion” es el concepto que siempre he intentado promover desde este blog, ya que no sólo soy partidaria sino que lo práctico desde que dejó de vestirme mi madre y de eso hace ya muchos años…