La falda masculina

Si bien es cierto que la moda ha sido un fiel reflejo de los cambios sociales experimentados y padecidos, en ocasiones, a lo largo de la historia tampoco se puede negar que según que prendas han roto barreras aparentemente imposibles de superar. Un ejemplo no demasiado lejano es el biquini que llegó en 1946 de la mano del francés Louis Reard quien, no exento de escándalo, liberó a sus contemporáneas de la presión e incomodidad de los antiestéticos pololos.
Años después aún tenemos barreras que romper y la moda es un aliado.

La falda masculina, elemento característico del traje típico del Reino Unido, no ha llegado a las pasarelas hasta hace unos cinco años. Primero asociado a una clara estética gay y ahora, con el tiempo, comienza a extenderse entre los hombres más atrevidos.


Tengo que decir que la falda masculina me parece uno de los más grandes avances de la moda en los últimos tiempos. No solo me resulta elegante, sexy y masculina sino que además consideró que es un paso más hacia la superación del sexismo en la moda.

Por su puesto, como en todo, es necesario unas pautas a la hora de escoger una falda: siempre debajo de las rodillas o maxi falda hasta los pies, combinada con una americana clásica puede resultar de lo más interesante. Evidentemente no a todo el mundo le favorecerá pero sería fantástico que cada firma incorporara en sus colecciones, al menos, una falda masculina.