La primera necesidad que tiene el propietario de un pequeño negocio, en cuanto a marketing digital, es el asesoramiento. Un asesoramiento que debe ser:
- Honesto: El marketing digital es necesario y efectivo pero no es inmediato ni gratuito. Conseguir un buen posicionamiento en los buscadores, identidad de marca y llamadas de clientes, necesita tiempo e inversión económica.
- Coherente: No se trata de emular a las grandes empresas ni de crear falsas expectativas. Se trata de encontrar el nicho de mercado apropiado y diseñar la estrategia para llegar hasta él, con unas previsiones reales de negocio y rentabilidad.
- Profesional: La venta de humo es una práctica habitual en el sector del marketing digital. Son los hechos contrastados y no las promesas, lo que diferencia a un experto de un aficionado.
- Gratuito: La inversión debe ser siempre posterior al asesoramiento. Si éste cumple las tres características anteriores, la PYME o autónomo habrá sido perfectamente informado de las acciones que más le interesan, las beneficios que le aportarán y, como no, cuánto le va a costar.
Partiendo de estas premisas, la relación entre la PYME y su agencia de marketing digital se debe basar en la más absoluta colaboración, compartiendo los mismos objetivos y aportando, por parte de la agencia, el conocimiento y la tecnología necesaria para alcanzarlos.
La supervisión de los resultados por parte de los técnicos, y la información personalizada e individualizada, debe formar parte de un flujo de comunicación en el que la PYME conozca, a tiempo real, el rendimiento de su estrategia de marketing digital.
El posicionamiento y el marketing en buscadores, el mobile marketing o la página web son necesidades de todas las PYME y autónomos que quieran sobrevivir y mejorar su volumen de negocio, pero siempre después de la trasparencia del asesoramiento en marketing digital.